Qué es un contrato indefinido

Un contrato indefinido es, como lo indica su nombre, aquel que no posee un tiempo estipulado como final. Es decir, permanece en vigencia hasta que alguna de las dos partes (empresa o trabajador) lo rompe, por un motivo u otro, siempre sostenido dentro del marco legal y respetando lo fijado en el mismo contrato.

Este tipo de contrato es el que tiene una mayor incidencia en el mundo laboral, ya que es mucho más general que los otros, cuyo tiempo delimitado los dotan de especificidad para fines determinados. Los requisitos exigidos en este tipo de contratos son pocos o ninguno, y le confieren al trabajador el título de “fijo”, ya que su permanencia en el puesto viene terminada por una renuncia o despido.

Se terminó el contrato indefinido

Cuando esto ocurre, hay distintas vertientes. En caso de despido, el trabajador obtiene beneficios gracias al contrato, pues le confiere el derecho a una indemnización mayor que varía entre dos tipos: una indemnización de veinte días por año, si es un despido objetivo; una indemnización de cuarenta y cinco días por año, si es un despido improcedente.

Si el caso es el contrario, y es el trabajador quien decide renunciar, pierde la posibilidad de solicitar indemnización. El motivo es que se trata de una baja voluntaria, lo que limita el acceso a prestaciones por motivo de desempleo.

Modelo del contrato indefinido

Puede ser de tipo verbal o escrito, pero en muchos casos el papel es obligatorio y, además, suele resultar más conveniente, ya que permite tener pruebas de lo que se estableció y de cuáles son las condiciones laborales propuestas. En caso de solo hacer uso de la palabra hablada, se asume que el contrato es indefinido y a jornada completa.

El Servicio Público de Empleo Estatal brinda un modelo en PDF de un contrato indefinido. Eso sí, depende del tipo de contrato que se esté estableciendo cuáles serán las cláusulas que deben aparecer por separado. En caso de tiempo parcial, hay que indicar el número de horas de trabajo; si es un trabajo a distancia, el lugar donde van a llevarse a cabo las actividades debe indicarse; si es un contrato fijo discontinuo, debe aparecer especificada la hora de duración, forma, jornada laborar que se estima, horario y, también, la orden de llamamiento al empleado.

Contratos mal hechos, ¿qué ocurre con ellos?

Si un contrato no está redactado de la manera adecuada o se rompen algunos aspectos legales (como aquellos trabajadores que no han sido de alta en la Seguridad Social, pasado el tiempo del período de prueba), entonces estos pasan a convertirse en indefinidos, cargando a la empresa de más responsabilidades. Solo se eximen casos particulares que demuestren que no es un contrato de tipo indefinido.

Si esto ocurre, la empresa debe encargarse de darle al empleado un documento que estipule que es un trabajador fijo. Si no lo emiten, que es lo que usualmente ocurre, no significa que eso imposibilite el hecho de que el trabajador pase a ser de tipo fijo, con todo lo que esto implique.

Pasar a ser contrato indefinido

Puede pasarse, como ya vimos, de un contrato de otro tipo de uno indefinido. Se le conoce a este proceso como conversión del contrato en indefinido, que establece relaciones laborales de tipo continuo, sin fecha de finalización estipulada.

Hay una serie de criterios específicos a seguir para poder llevar esto a cabo. Y, para favorecer este tipo de contrato, se le brindan lo que se conocen como bonificaciones a las empresas por ello. Esto no tiene formato verbal, todo debe llevarse a cabo por escrito y cumpliendo con los modelos generales.

Contratos indefinidos fuera del esquema

Son contratos indefinidos especiales, que se escapan de las características básicas o del esquema general. Algunos de ellos y, los más importantes, son:

• En caso de discapacidad.
• En caso de reducción de cotizaciones empresariales.
• En caso de apoyo a emprendedores.
• Para personas del Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
• En caso de jóvenes por microempresas y empresarios autónomos.
• En caso de trabajadores que figuren en situación de exclusión social.
• En caso de tiempo parcial con vinculación formativa.
• En caso de trabajadores mayores a los 52 años.
• En caso de trabajadores a los que se les acredite la condición de víctima de violencia de género, doméstica o del terrorismo.
• En caso de trabajo en grupo.
• En caso de servicio en un hogar familiar.
• En caso de alta dirección.